lunes, 23 de febrero de 2015

La atención y los 4 tipos de memoria

La atención y los 4 tipos de memoria

Atender, entender y aprender son tres funciones que, en orden sucesivo, se dan en todo proceso de aprendizaje. Cuando un niño no es capaz de fijar su atención de forma permanente, probablemente porque se distrae por la variedad de estímulos que lo rodean, sólo puede acceder a una parte de lo que se le enseña. Entonces, el aprendizaje carece de continuidad y no queda fijado ni incorporado al conocimiento.
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La atención es, pues, el punto de partida necesario para lograr que un aprendizaje se fije en la memoria.

No existe registro memorístico sin la atención adecuada y, al mismo tiempo, la atención carecería de sentido sin la existencia de la memoria. Una vez descartada cualquier posibilidad de lesión neurológica, cerebral o viso-auditiva, o cualquier factor físico o ambiental que pueda influir, se considera que un niño tiene trastornos de atención o memoria cuando su déficit afecta de manera significativa a los aprendizajes de su vida cotidiana.

La memoria y el recuerdo

La memoria es la capacidad de conservar lo aprendido o vivido en el pasado para que pueda ser recordado en el futuro. Es un fenómeno completo en el que intervienen la maduración del sistema nervioso, la inteligencia, la percepción y la afectividad.
Fundamentalmente, hay cuatro tipos de memoria: la memoria inmediata, la memoria a corto plazo, la memoria a largo plazo o de evocación y la memoria selectiva.
1. Memoria inmediata
Se denomina de este modo a la memoria que registra datos percibidos a través de los sentidos. Su permanencia en la mente es muy breve (alrededor de medio segundo).
2. Memoria a corto plazo
Llamamos memoria a corto plazo a la que nos permite retener  una información concreta durante 20 o 30 segundos. Es la que actúa, por ejemplo, cuando nos dicen un número de teléfono. Antes de los 20 o 30 segundos podemos recordarlo, después lo olvidamos.
3. Memoria a largo plazo o de evocación
En este tipo de memoria se almacenan los recuerdos que deben permanecer un período de tiempo largo.
4. Memoria selectiva
Se llama memoria selectiva la que permite fijar con más facilidad los conocimientos sobre algo determinado, en función del interés o motivación que la persona, ya sea niño o adulto, tenga sobre el tema. A veces, por ejemplo, los niños son capaces de memorizar los nombres de todos sus futbolistas preferidos y son incapaces de aprenderse una lección escolar.
Los distintos tipos de memoria están interrelacionados.

Recuerda:

  • La función específica de la memoria es mantener y recordar la información.
  • Es importante que el niño duerma bien, pues un descanso inadecuado puede afectar a su capacidad de concentración.
  • Para atraer la atención de un niño, es conveniente presentarle los nuevos aprendizajes de forma atractiva y estimulante.
  • Algunos niños a los que se atribuyen problemas de memoria, en realidad tienen disminuida su capacidad de atención y concentración.
  • Algunos acontecimientos de la vida del niño (embarazo de la madre, fallecimientos, viajes…) pueden tener una connotación emocional que produzca una falta de atención circunstancial.
  • La memoria se puede ejercitar mediante estrategias concretas: relacionar diferentes conceptos de la información a memorizar, hacerse preguntas acerca de lo que se está intentando memorizar, etc.

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