domingo, 22 de marzo de 2015

La salud bucal del niño

La salud bucal del niño

¿Cuándo acudir al dentista?

Existen una serie de situaciones que hace obligada la visita al dentista.
  • Cuando un diente definitivo sale detrás de uno de leche y se ve forzado a crecer fuera de su posición, desde donde es incapaz de presionar las raíces del de leche. En este caso, el diente de leche suele caer por sí solo, pero si esto no ocurre, antes de que el permanente alcance el mismo tamaño, el de leche ha de ser extraído.
  • Otro problema que requiere la visita al odontopediatra tiene lugar cuando los dientes no caen en el orden adecuado. La caída debe tener lugar de forma bilateral: primero el izquierdo y luego el derecho, o viceversa. Así, primero cae un diente y, al cabo de unos meses, el correspondiente del lado contrario.
  • Como es sabido, la caries es el otro problema importante en lo que a la salud dental de los niños se refiere. El olvido de la limpieza dental y el abuso de alimentos ricos en azúcares favorecen esta patología, causada por la acción de unos ácidos que se forman en la superficie de los dientes.

¿Qué hacer para que el niño no tenga miedo a ir al dentista?

Lo primero es tener presente que siempre hay que decir la verdad a un niño respecto a algo que le atañe tan directamente como es un visita médica, y lo segundo, que esto no significa dramatizar la situación y mentalizarlo para lo peor. Sólo el dentista puede decir lo que debe hacerse al respecto y, por lo tanto, no merece la pena anticiparse sin tener los conocimientos necesarios y una opinión autorizada. En el caso en el que el dentista juzgue necesario practicar una extracción, lo mejor es preparar al niño para todo lo que le va a hacer y explicarle que todo está perfectamente controlado y que el doctor acabará tan pronto como le sea posible. Probablemente, su reacción merecerá una recompensa por el “valor” que ha demostrado.

¿Cuándo empezar con la higiene dental?


Aunque la práctica de la limpieza de los dientes puede iniciarse a cargo de los padres desde el momento en el que al niño le empiezan a salir, a partir de los 3 o 4 años de edad es fundamental que éste adquiera el hábito de lavarse los dientes tras cada comida, y especialmente después de la cena. Como los niños de esta edad suelen ser olvidadizos con sus responsabilidades cotidianas, es recomendable que los padres les refresquen la memoria regularmente, así como que les expliquen detenidamente cómo debe realizarse esta limpieza (no de izquierda a derecha, sino de arriba abajo) ya que de otro modo éste puede emplear técnicas que dañen las encías o que realmente no limpien la superficie dental. El propósito del cepillado es eliminar la placa dental, una capa invisible que se forma sobre la superficie de los dientes, en la cual las bacterias de la boca transforman los azúcares en ácidos que, a su vez, corroen el esmalte causando caries.