martes, 7 de julio de 2015

Mayor atención de los padres, mejores salarios de los hijos

Los primeros cinco años de vida del bebe son vitales para desarrollar habilidades congnitivas que le servirán para su vida laboral.

Un estudio científico determinó que los niños que juegan y comparten con sus padres en los primeros cinco años de vida, tienen garantizado mejores ingresos en su vida profesional.


La base del desarrollo de los seres humanos se da en los primeros cinco años de vida. Según un artículo publicado por El País de España la atención de padres a hijos en la primera etapa de vida les facilita a los pequeños la formación de una personalidad más sólida, crucial para el éxito en aspectos como el social e incluso el económico.

Según un estudio de la Universidad de West Indies los niños que juegan con sus padres no solo alcanzan un coeficiente intelectual muy alto, sino que tienen los mejores resultados académicos y, el dato, llegan a ganar hasta un 25% más que niños que no tuvieron esta atención por parte de sus padres.

En 1986, Elaine Burke, experta de la institución y otros profesionales de salud visitaron a niños y niñas de los barrios más pobres de Kingston para incentivar en los padres el juego con los pequeños. Después de más de 20 años de seguir el progreso de los menores se percibían otros beneficios como que eran menos propensos a comportamientos violentos.

"Mientras crecían, otras ventajas empezaron a emerger en su educación y salud mental," describe la profesora Susan Walker, quien lideró el estudio de seguimiento del proyecto de estimulación en la primera infancia.

"Mostraron menos depresión, mejor autoestima, estaban menos retirados y tenían menos inhibiciones sociales. En otras palabras, tenían un conjunto completo de habilidades que serían claves para su mejor desenvolvimiento como adultos", enfatizó.

Es de resaltar que Colombia está dentro de los países de América Latina que le apuestan al tema. En el país se desarrolló una iniciativa apoyada por el Banco Mundial durante 18 en 96 barrios pobres, donde se visitaron cada semana las madres para enseñarles cómo jugar y hablar con sus hijos.

“En 2011, los investigadores volvieron y percibieron mejoras en el desarrollo cognitivo de los niños y en sus habilidades de escuchar, comprender y leer”, cita el registro de la iniciativa
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