miércoles, 26 de agosto de 2015

La escuela, algo más que un centro de estudios

La escuela, algo más que un centro de estudios

La tarea esencial de un adolescente, sobre todo en la etapa de escolaridad obligatoria, es estudiar. Pero los estudios no se refieren únicamente a la enseñanza y el aprendizaje de contenidos. Los resultados escolares condicionarán su futuro social, profesional y quizá también personal. Además, la escuela, instituto, universidad, permiten muchas cosas: la adquisición de recursos personales, la inclusión en un grupo de amistades, la autonomía y emancipación, la socialización. Por ello, una de las preocupaciones prioritarias del adolescente es aprobar los estudios, porque espera de ellos un desarrollo personal y una preparación para la vida profesional. Muchas veces su valía personal y su autoestima se juega en las notas, sin importar el esfuerzo realizado. Es importante clarificarle que aprender y saber es una tarea que dura toda la vida, porque «sabe más el diablo por viejo que por sabio». Los estudios son un concepto amplio que incluye experiencias, lecturas, el desarrollo de la curiosidad y el deseo de descubrir nuevas cosas.
Desde la aparición de las teorías de Piaget, se sabe que la adolescencia es una fase de gran evolución intelectual. A nivel global, se pasa del pensamiento descriptivo al pensamiento exploratorio, de las operaciones concretas a las operaciones formales. Este proceso consta de cuatro fases:
  • 1a Se inicia el pensamiento abstracto. Aparece la capacidad de análisis y síntesis, y el uso del método hipotético para pensar las cosas. Podrá pensar de manera independiente, enjuiciar, comparar, sacar conclusiones y generalizar;
  • 2ª Surge la capacidad para pensar de manera crítica. Tratará de tener sus propias ideas y pensamientos sin apoyarse en los criterios de los adultos
  • 3ª Comienza a ser capaz de pasar de lo particular a lo universal, de los indicios sensoriales a lo esencial de los fenómenos, así conoce cada vez más detalladamente la realidad
  • 4ª Se inicia el pensamiento moral, a la manera de la moral kantiana, y aparecen las ideas políticas, pasando de una ausencia de pensamiento político a un intenso compromiso.
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Lo que el adolescente encuentra en el ámbito escolar es muy significativo para él.
  • En primer lugar la escuela le proporciona el aprendizaje de nuevos contenidos. El adolescente siente despertar el interés por descubrir cosas y por profundizar en algunos temas; disfruta aprendiendo porque relaciona los contenidos con la realidad. Suele pedir al profesor que trate temas referentes a su situación, a cuestiones conflictivas de la sociedad, a temas morales y filosóficos.
  • En segundo lugar, en el ámbito escolar el adolescente encuentra amistad y amor. Se relaciona con adultos diferentes a los padres con gente de su edad, que está en su misma situación, con la misma tarea que realizar y con unas dificultades parecidas; allí comienzan también los escarceos amorosos.
  • El adolescente desarrolla aquí su capacidad creativa, a través del contacto con los conocimientos científicos, con los descubrimientos y los avances de la ciencia. A partir de los conocimientos que se adquieren en la escuela o instituto, se va definiendo su carrera posterior o el camino que quiere seguir en la vida.
  • También asume responsabilidades sociales y se incluye en los órganos de gestión: elige delegados, acude a juntas de evaluación, asiste al consejo escolar… Aprende cuál es el funcionamiento de una sociedad democrática a partir de su propia experiencia.

La relación padres-escuela

El adolescente pasa la mayor parte del día en la escuela, el instituto o la universidad y son para él como una segunda vivienda, el lugar donde se siente mejor comprendido y considerado, un espacio en el que los padres no pueden entrar, salvo que pidan permiso para una entrevista. Por eso para un joven es tan traumático no sentirse aceptado o integrado en el ámbito escolar,
Los padres deben mantener con la escuela una relación basada en el respeto, la aceptación de las normas y la colaboración. A veces pueden surgir conflictos debido a lo que los padres exigen a sus hijos. Si se ponen demasiadas expectativas en su rendimiento, y él no puede cumplirlas, aparecen actitudes poco favorables a la buena relación con la escuela. Otras veces, cuando se utiliza la escuela para controlar su vida, y la participación en las actividades del centro escolar tiene siempre este fin, el hijo sentirá que ni siquiera allí puede estar tranquilo.

Los padres también pueden encontrar aspectos valiosos a través de la escuela de sus hijos. Se relacionan con otros padres, de círculos sociales diferentes, pero con una situación parecida a la suya, participan en asociaciones de padres, donde pueden planificar actividades paralelas que dinamizan y enriquecen la vida escolar y, por añadidura, la educación de sus hijos.