viernes, 23 de octubre de 2015

Castigos ¿Sí o no?

Castigos ¿Sí o no?

Algunos padres están perdidos en su función paternal y ya no saben lo que funciona y lo que no. Muchas pueden ser las causas: exceso de información, criterios contradictorios, modas pasajeras… yo siempre respondo que el sentido común es el que debe imperar en el momento de educar a nuestros hijos, pero claro dónde se encuentra el sentido común, quién marca el límite… cada familia tiene la obligación de encontrar el suyo y hacerlo capitán del barco para no ir a la deriva. Hay numerosos padres que me preguntan por los castigos y por esta razón voy a hablar de ellos.
Para empezar, decir que hoy en día no se habla de castigos, ya que no es políticamente correcto, así que el eufemismo utilizado es

CONSECUENCIAS.

Nuestra tarea como padres es marcar normas y límites a nuestros hijos, de esta manera ellos aprenderán que para ir por la vida hay que cumplir con unas normas, con unos hábitos, con unas obligaciones y de esta manera adquirirán unos derechos . Nuestros hijos deben aprender que hay cosas que están bien y otras que no tanto o simplemente están mal y para ello nos necesitan a nosotros. Seguramente no aceptarán de buena gana sus responsabilidades, los hábitos que tienen que seguir (que a la larga les reportarán bienestar), pero debemos perseverar. Al final la infancia, la adolescencia se acaba y todo lo que hayamos enseñado quedará. Muchos padres me hablan de sus hijos como “sacos rotos”, donde depositan y depositan y parece que no queda nada, yo siempre les intento reconfortar, ¡¡SÍ QUEDA!!!
Cada vez que les añadimos una norma/tarea/obligación/deber en casa (tienen que ir creciendo con ellos), la debemos explicar muy claramente y debemos asegurarnos que han entendido a la perfección lo que se espera de ellos y repetirlo las veces que haga falta para que lo asimilen y  explicarles que si no se cumplen habrán consecuencias, también las explicamos. Esas consecuencias siempre van relacionadas con privar a nuestros hijos de las cosas que les gustan: uso de tecnología en sus momentos de ocio, salir con los amigos, ver la televisión un rato…

¿Qué pasa si no las cumplen?

Muchos padres después de repetir X veces a su hija/o que se haga la cama (una de esas tareas pactadas), estallan con una rabia acumulada y gritan a sus hijos frases del tipo:  “eres un vago”, “no haces nunca nada bien”, “pareces tonto” y un largo etcétera de frases que nos salen de carrerilla, posiblemente herencia de cuando nuestros padres nos reñían a nosotros. Intentemos recordar cómo nos hacían sentir esas frases y qué era lo siguiente que se nos pasaba por la cabeza… ( a mí lo único que me creaba era un rencor y una rabia enorme).

¿Qué conseguimos con eso?

Lo primero de todo, calentarnos de tal manera que parece que vayamos a explotar, después sin quererlo seguramente los habremos herido y ¿para qué? Posiblemente para nada.

Analicemos la situación desde otra perspectiva, ellos saben que si no cumplen con sus obligaciones y que no se las deberíamos estar recordando cada cinco minutos, hay unas consecuencias/ castigos. Pues bien llega la hora de coger la tablet y descansar un poco después de su jornada, cuando la van a buscar al lugar dónde siempre la guardamos, no la encuentran y nos vienen a pedir por ella. Sin gritos ni enfados se les comunica que no cumplieron con su obligación y que no hay tablet, ¡se acabó! (seguramente se enfadarán, que lo hagan, tienen derecho a ello). Acabarán aprendiendo.