domingo, 25 de octubre de 2015

Las actividades extraescolares. Educar en su desición

Gran dilema: Las actividades extraescolares. Educar en su desición

Algunos papás y algunas mamás suelen preguntar qué tipo de actividades son mejores para sus hijos, que si inglés o futbol, o música, o  judo, o ballet …. (de hecho, éstas son de las más solicitadas). ¡La oferta es amplia!
La verdad es que tienen un amplio abanico de posibilidades tanto para hacer tipos de actividades como para escoger el lugar: en el propio colegio, en los centros cívicos, en asociaciones del barrio, en el casal del pueblo, en fin, que por espacios tampoco es fácil decidirse.
Ante su preocupación, les comento que no hay ninguna mejor o peor para sus hijos, ni  buenas ni malas, que todo dependerá de los intereses de los niños y de las posibilidades reales en cuanto a tiempo y a espacio de las familias.
Es muy habitual lo que les pasa algunas familias:  por llegar a ballet el martes a las 17,30, por el camino me olvido de merendar y me tomo un bollicao o unas patatas de bolsa (por decir algo)… o que por hacer el partido de futbol cada sábado, que nos toca a las 12,30 o 13h, no llegue a casa para comer con los otros hijos, … o que uno va a piano a las 7 pero antes tengo que dejar el otro en judo a las 18,30 y como luego los tengo que recoger, para cenar la casa se arma de gritos y peleas pues nadie ayuda en casa.…. Vaya, ¡qué estrés!  Muchas veces, yo misma me agoto cuando las familias me cuentan la organización de su casa y los puzles que hacen con el tiempo, corto,  de las tardes.
Además, hay un aspecto que también rueda por el inconsciente:
- Las expectativas que os generan a vosotros esas actividades que realizan vuestros hijos. La danza que queríais hacer y no pudisteis, el pianista que os gustaría que fuese vuestro hijo, la Navratilova que hay en vosotras, la adrenalina que os sube al animar a vuestras chicas en el partido de futbol,  lo bien que os lo pasáis tomando un café con los otros papis i mamis mientras ellos están en inglés, ….
- Pero también qué expectativas generan a vuestros hijos realizarlas: ser Messi (o Ronaldo), ser tan preciso como Nadal, aprender inglés para irse de intercambio este verano, tener más amigos si meto goles, contentar a mi mamá si toco bien el violín….
No es poca cosa….
Por eso y por la tranquilidad y estabilidad del conjunto del sistema familiar se hace necesario PENSAR BIEN CUÁL ES LA FINALIDAD DE REALIZAR esas actividades extraescolares.  ¿No os parece?
Antes de decidirse por una u otra actividad, os propongo valorar algunos aspectos:
- ¿Habéis preguntado a vuestro hijo o hija qué desea hacer? ¿O lo decidís vosotros? Escoger una actividad extraescolar (diferente a lo rutinario) no debiera suponer ocupar el tiempo por ocuparlo, llenar las horas libres, hacer por hacer. Si decidís sin consultar, posiblemente no logrará pasarlo bien y tampoco adquirirá un COMPROMISO
- ¿Vuestros hijos realizan la actividad o actividades por obligación (deberes inacabados, alguna mala nota, ….) o porque le interesan? Si el chico NO ESTÁ MOTIVADO a realizar esa actividad (fuera del horario escolar) posiblemente no la disfrutará y por lo tanto, no la aprovechará…
- ¿Tenéis en cuanta sus habilidades e intentáis promocionar su creatividad o bien lo apuntáis a algo a lo que no es demasiado hábil? Si la respuesta es la segunda opción, puede acabar aborreciendo aquella actividad (que no olvidemos, es extraescolar, por lo tanto, no obligatoria), NO SE IMPLICARÁ y todavía le creará más INSEGURIDAD en aquello que no es experto
- ¿El objetivo es llenar el tiempo? … Quizá debiéramos plantearnos que hacer por hacer no lleva a ningún lugar, a no ser que lo que se desee es que el niño se mantenga ocupado unas horas porque vosotros no los podéis atender, en cuyo caso se trataría de otro tipo de finalidad diferente, ni mejor ni peor, por lo que cabría plantearlo tal cual, tanto a vosotros mismos como a ellos. En esta sociedad en la que estamos, parece que se tenga que llenar tooodo el tiempo “libre” de los chicos y chicas, para que estén ocupados; de esta manera, no tienen espacios para pensar e interiorizar. El efecto que conlleva es que no integran lo que van aprendiendo y haciendo (es que no tienen tiempo para ello), y a la larga tampoco hay tiempo para desarrollar el espíritu crítico, la reflexión, la profundización de contenidos que van aprendiendo tanto en la escuela como en la vida.
Después de estas reflexiones y habiendo decidido ya la actividad a realizar conjuntamente con vuestro hijo, será interesante tener en cuenta algunas decisiones:
Tipo de actividad, que sea del interés de vuestro hijo, que desarrolle sus capacidades, que se lo pase bien y así aprenda, …
Finalidad de la actividad, de forma real
- La duración de la actividad, sin que os estrese a toda la familia y si se trata de una actividad mensual, trimestral, anual.
- Los horarios para realizarla, que sean compatibles para todos
- Cómo organizarse, implicando también a vuestro hijo. Por ejemplo, ayudando luego en casa, ordenando la bolsa antes de ir a judo, poniendo la ropa sucia en el cesto.
Asegurarse de que se disponga de los recursos necesarios: no solo hay que valorar el tiempo dedicado a la realización de la actividad, sino también las herramientas que haya que utilizar y su coste. No es lo mismo jugar al futbol (que también conlleva una compra de material deportivo, su limpieza, etc…)  que tocar el piano, que implica ir practicando en casa lo que se ha aprendido en clase.
Evitar el exceso de actividades, pues puede conllevar cansancio, abandono y estrés
Comprometerse a realizar la actividad que se ha decidido durante el tiempo que previamente se le va a dedicar. A veces me he encontrado con niños que como no saben lo que quieren hacer van probando pero no acaban de hacer una actividad concretar. Muchas veces es por no haber terminado aquello que han comenzado. Por lo tanto, es recomendable que cuando se decide conjuntamente por una actividad, se prevea un tiempo de dedicación y que se cumpla. Limitar estos tiempos, es necesario, el niño busca límites, necesita límites y vosotros, como padres debéis facilitarles dichos límites, para crecer, para madurar, para tomar decisiones
Tomar la decisión de realizar una actividad extraescolar no es tarea fácil si realmente deseamos que aporten un beneficio integral a nuestros chicos. Implica un compromiso y comprometerse, tanto ellos como nosotros. Comporta poner límites en tiempos, horarios, espacios. No se trata de una decisión tomada sin valorar lo que nos aporta y a qué renunciamos.
Realizar actividades extraescolares debiera suponer desarrollar un deseo de nuestro hijo y pasarlo bien, al mismo tiempo que aprenden. Es mejor pocas y de calidad que muchas y sin profundizar.

Pasar un tiempo al día sin hacer nada o jugando en casa o en el parque o leyendo o aburriéndose o merendando con los abuelos, o haciendo la compra con vosotros o haciendo la cena juntos, …, puede ser tanto o más gratificante que  estresarse realizando más y más actividades (ellos y vosotros), además a largo plazo puede quizá resultar mucho más productivo y eficaz para su propia autonomía que tener a nuestro hijo “hiperactivizado” haciendo cosas sin parar, actividades para ocupar el tiempo y acabar poco centrado en lo que verdaderamente es importante, comunicarse, hablar, dialogar , en definitiva, pasar un tiempo con vosotros.