lunes, 12 de octubre de 2015

Qué límites debemos poner a nuestros hijos a la hora de colaborar en casa?

¿Qué límites debemos poner a nuestros hijos a la hora de colaborar en casa?

Fomentando la colaboración de nuestros hijos con las tareas de la vida cotidiana empezamos a transmitirles la importancia de ayudar a los demás. Si establecemos límites claros para hacer estas labores les estaremos favoreciendo para que las cumplan mejor.

¿Qué es la cooperación? La cooperación o colaboración es la tarea de ayudar y servir, de una manera desinteresada, a los demás. Para que los niños sean personas colaboradoras es necesario que lo desarrollemos en ellos y una buena forma es enseñándoles a hacerlo en casa.

Cuanto más pequeños son nuestro hijos, más estímulo necesitan. Si desde el principio aprenden a colaborar y a asumir responsabilidades, entenderán mucho más rápido el significado de la cooperación. Comprenderán por qué es importante hacer la cama o ayudar en casa. Entenderán que ayudar a los demás es una cuestión de convivencia, de solidaridad, de respeto a los demás y a uno mismo.

Cuando necesitamos decirles que deben hacer algo y “ahora” (recoger los juguetes, hacer la cama, etc.), debemos tener en cuenta algunos consejos básicos que con el uso se convertirán en hábitos.

Consejos básicos para aplicar límites

1. Objetividad: Un límite bien especificado con frases cortas y órdenes precisas suele ser claro para un niño. Por ejemplo, podemos decir: “Da de comer al perro ahora”.
2. Opciones: Podemos darles una oportunidad limitada para decidir cómo cumplir sus “órdenes”.  Esa libertad hace que sientan una sensación de poder y control que reduce las resistencias. Por ejemplo: “Es la hora de hacer la cama, ¿la haces ahora o después de vestirte?”.
3. Firmeza: Cuando se resisten a obedecer, debemos aplicar el límite con firmeza. Esto se cumple mejor con un tono de voz seguro, sin gritos y un gesto serio en el rostro.
4. Acentúa lo positivo: Los niños son más receptivos a “hacer” lo que se les ordena cuando se les habla en positivo. Es mejor decirles lo que deben hacer antes de lo que no deben.
5. Usar un modo impersonal: Si decimos “quiero que limpies ahora”, estamos creando una lucha de poder personal con ellos. Una buena estrategia es hacer constar la regla de una forma impersonal. Por ejemplo: “Son las cuatro, hora de limpiar” y le enseñas el reloj.
6. Explica el porqué: Cuando entienden el motivo de una regla se sentirán más animados a obedecerla. Lo mejor cuando se aplica un límite, es explicarles por qué tienen que obedecer. Al comprender la razón pueden desarrollar valores internos de conducta  y crear su propia consciencia.

7. Firmeza en el cumplimiento: Una norma puntual es esencial para una del límite. Hábitos, rutinas y reglas importantes deben mantenerse día tras día, aunque estés cansado o indispuesto. Si das a tu hijo la oportunidad de dar vueltas a sus reglas, seguramente intentarán resistir.