jueves, 15 de octubre de 2015

Relación padres-educadores cuando el niño está en la guardería

Relación padres-educadores cuando el niño está en la guardería

Para el buen funcionamiento de la guardería es imprescindible una correcta organización y planificación de la misma. En esta planificación  se ha de tener en cuenta que los grupos de niños son reducidos y varían en número según su edad. El número de educadores por grupo también varía, ya que cuanto más pequeños son los niños más atenciones requieren. El horario que se sigue para cubrir las necesidades de sueño y alimentación es fijo y se organiza pensando en el intervalo de tiempo que debe existir entre ellas. El horario se modificará según la edad del niño, ya que a medida que éste crece necesita menos horas de sueño y reduce su número de comidas. Todas estas actividades aportan al niño un ritmo y unos hábitos que facilitan su integración en la guardería, y le ayudan para que el trabajo que realiza no les resulte caótico. De este modo, el pequeño se encuentra con un régimen de continuidad de las rutinas diarias, como son la higiene, el descanso y la alimentación. La distribución del tiempo viene dada por un horario elaborado y aceptado por educadores y padres. En él se reparten las diferentes actividades cotidianas, y también las actividades lúdicas, que son las que realiza el resto de la jornada. Estas últimas deben perseguir fines educativos concretos, para posibilitar el adecuado desarrollo del niño.
El informe diario
La tarea de los educadores debe ir muy ligada a la de los padres. Los niños que acuden a la guardería son muy pequeños y es necesario informar de todo cuanto hacen a lo largo del día: cómo han comido, horas que han dormido, defecaciones realizadas, etc., y acompañarlo de toda aquella información que pueda resultar útil para los padres. Los informes son, pues, esenciales para poder sincronizar la guardería con el hogar. Gracias a ellos, los padres pueden planificar el tiempo que pasan junto a sus hijos: sabiendo lo que han comido, por ejemplo, no tienen por qué repetirse comidas, y según el tiempo que haya dormido podrán entender si el niño está de mal humor por cansancio o por otros motivos.

En algunas guarderías no sólo se da un informe diario explicando cómo ha comido o ha dormido el niño, sino que se elabora un resumen semanal para los padres, donde se anotan todas las actividades que han hecho cada día de la semana: juegos que han realizado, juguetes que han utilizado, explicando en él la participación y la respuesta del niño. De igual manera, los educadores piden a los padres que devuelvan el diario los lunes, y que detallen en él lo que se ha hecho durante el fin de semana, lo cual permite que aquéllos puedan hablar con el niño de personas o actividades ajenas al centro. Esta conexión agrada al niño, que ve una buena relación entre familia y escuela.