domingo, 1 de noviembre de 2015

A repensar el bilingüismo

Andy Bailey, vicepresidente Ejecutivo de Education First, conversó con Semana Educación sobre los retos que tiene Colombia en el aprendizaje de inglés.


En julio del año pasado el Ministerio de Educación lanzó Colombia Very Well, una continuación del Programa Nacional de Bilingüismo que funciona desde el 2004. En ese momento se reveló que solo el seis por ciento de los bachilleres alcanzó un nivel estándar de inglés. El 54 por ciento presentó resultados equivalentes a quienes nunca han tenido exposición a la lengua. Este año los resultados fueron más dramáticos: apenas el dos por ciento llegaron al estándar, según un estudio de la Universidad de La Sabana.

Frente a estas cifras el ministerio se propuso la meta de lograr en 2025 que todos los bachilleres alcancen un nivel intermedio de inglés. Propósito que debe considerar el tiempo que los estudiantes duran en el sistema educativo. “Existe una fuerte correlación entre el promedio de años de escolaridad y el dominio del inglés. Los países que buscan mejorar el nivel de inglés deben mantener a todos los niños en la escuela el tiempo suficiente para dominar el idioma”, apuntó un documento del Education First (EF), compañía dedicada a la enseñanza de lenguas. 

Su vicepresidente, Andy Bailey, le explicó a Semana Educación que el bilingüismo facilita la innovación en los países y en las empresas. Justamente, por las competencias comunicativas que desarrolla. Un factor que, junto al pensamiento crítico, la creatividad y la innovación, es altamente valorado porque se relaciona con la capacidad de adaptación al cambio. Habilidad necesaria para reaccionar ante los retos actuales. “Las personas deben aprender a pensar de manera creativa e innovadora y prepararse para estudiar durante toda su vida”, sostuvo un documento de EF. 

Sin embargo, Bailey enfatizó que si un país decide apostarle a ser bilingüe primero debe identificar dónde están las falencias y los desafíos. Después, concentrar sus esfuerzos en la parte correcta del problema para que haya efectos multiplicadores. “Hay ciertas estrategias que pueden tener resultados a mayor escala en un país. Encontrar y enfocarse en las situaciones que son clave puede mejorar los niveles de inglés en un tiempo muy corto. De lo contrario, termina siendo una gran pérdida de esfuerzos y recursos”, añadió. 

Por ejemplo, EF apoyó al gobierno de Tataristán, una república de la Federación Rusa, en su propósito de convertirse para 2020 en una nación trilingüe. El inglés era uno de esos idiomas. La estrategia se dedicó a formar a los profesores, tanto en las habilidades del manejo de la lengua como en las capacidades para enseñar. “Nos concentramos en los docentes antes que en los estudiantes. En apenas un año y medio los resultados de los alumnos pasaron a tener un 90 por ciento de mejoría en el manejo del inglés. Eso es un efecto multiplicador”, relató Bailey. 

En Colombia la calidad de los docentes también es un frente que se está abordando. Este año llegaron 350 profesores extranjeros para apoyar a 1.050 maestros de inglés. Sin embargo, preocupa el manejo del idioma que tienen los docentes en el país. Si bien se desconoce la situación real, se estima que entre 63 y 86 por ciento tienen un nivel menor a B2. Escenario que requiere especial atención, pues ahí está una de las claves para que los estudiantes tengan un buen desempeño. 

De hecho, las estrategias necesitan complementarse. Un documento de EF detalló que encontrar nuevas maneras en que los alumnos puedan aprender deriva en un mejor uso del tiempo que pasan en la escuela. “Necesitan construir hábitos de pensamiento creativo y comunicación efectiva. La clave es enseñar cómo pensar y no tanto qué pensar. Por eso es importante contribuir al aprendizaje de transmitir ideas y hacerlo en un lenguaje común”, agregó el informe. Según EF, “mejor educación lleva a una mejor comunicación. Una mejor comunicación acelera la innovación".

Precisamente, la razón para apostarle a esta política en Colombia es que aprender una lengua extranjera amplía el abanico de oportunidades que tienen los ciudadanos. Además, le permite al país ser parte de las dinámicas globales, tanto culturales como económicas. En este sentido, documentos del Banco Mundial sostienen que existe una correlación entre el crecimiento de un país y su nivel de inglés.