viernes, 13 de noviembre de 2015

La cultura: el pasaporte para una mejor educación

No se puede esperar una formación de calidad sin el componente cultural. Los ministerios de Educación y Cultura deben empezar a construir de la mano con el sector privado.


Por primera vez el presupuesto en educación es mayor que el de defensa. Esa es la buena noticia que en 2015 ha presentado el Ministerio de Educación, sin embargo a la cartera de Cultura le espera un recorte para 2016. La situación es una paradoja porque estos dos sectores van de la mano.

Hay campañas de ambos ministerios que se cruzan. Como la divulgación y promoción de la lectura, la apropiación del patrimonio, la construcción de identidad. Por eso recortarle dinero a la cultura es nocivo para la educación del país. Ninguna experiencia cultural está desconectada del sector educativo. Por ejemplo, las escuelas de música, la creación de bandas sinfónicas, el desarrollo de programas de arte, dibujo, danza y otras expresiones nacen de lo que se enseña en la escuela y desde la primera infancia.

Según la Ocde los siete países que más invirtieron  en educación en 2014 fueron Luxemburgo, Noruega, Estados Unidos, Finlandia, Corea, Japón y Eslovenia. Por otra parte, los países que más invirtieron en cultura, de acuerdo a su PIB, en 2014, fueron  Reino Unido, Japón, Estados Unidos, Finlandia, Eslovenia, Suiza y Austria. En ambos listados hay cinco países que repiten, lo que demuestra que la relación educación–cultura va de la mano.

En Colombia, como se puede ver en la cifra que aparece al final de esta revista, las infraestructuras culturales son limitadas o inexistentes en la mayoría de los municipios. Según la encuesta del Ministerio de Cultura, el espacio más común es la iglesia, siguen las actividades en las calles y solo el 7 por ciento de los municipios cuenta con un teatro o una sala de cine. En los pueblos del país los mayores espacios de ocio son las cantinas, los billares y los lugares de venta de alcohol, porque la mayoría de la población carece de recintos culturales. Construirlos y dotarlos de actividades no es responsabilidad exclusiva del Estado. Las empresas también deben aportar su grano de arena.

Una de las formas como se pueden desarrollar sinergias es involucrando al sector privado a la cultura. Hay casos exitosos donde empresas han promovido espacios culturales y los medios televisivos deben asumir un compromiso por la construcción de un país mejor, el amarillismo y la sangre a la que recurren para informar no ayudan para nada.  Los canales privados deberían hacer una valiosa reflexión sobre el país que quieren presentar y construir. El exceso de narco–novelas y de  realities deja a un lado expresiones de la cultura colombiana asociadas a las artes y a la valoración de lo nuestro. Aportar desde los medios masivos es una tarea pendiente. 

Si desde los medios y desde las empresas se promueven hábitos de apropiación cultural como los vigías del patrimonio o las escuelas de música;  si se promueve la visita a museos; si se moviliza a la sociedad para construir espacios como escuelas, teatros, coliseos, casas de cultura; si se invita a crear exposiciones, expresiones artísticas como la danza, las tradiciones populares y otros espacios, desde la cultura se estará haciendo una gran contribución para mejorar la educación del país. Promover una sociedad que valore sus raíces y su identidad. En conclusión: la cultura es el pasaporte para una formación de calidad.