martes, 18 de octubre de 2016

Compromisos para acabar el desempleo en los jóvenes colombianos

Conseguir un primer empleo puede ser un trabajo tedioso de meses e incluso años. En FP analizamos los factores que están afectando el desempleo juvenil y cómo enfrentarlo.

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Tener una carrera nos hace creer que nuestros bolsillos se llenarán de dinero rápidamente. Sin embargo, la gran mayoría de veces cuando salimos de la universidad y queremos o necesitamos ubicarnos laboralmente para responder con obligaciones o simplemente darnos “gusticos”y disfrutar, nos damos un duro estrellón con la vida. EL que lo acepten en un empleo, pero sobre todo que tenga una buena remuneración empieza a ser un verdadero problema.
Según cifras del DANE, Departamento Administrativo Nacional de Estadística, para el trimestre de marzo - mayo de 2016  del 32% de la población joven de entre 18 y 28 años que está en edad de trabajar, el 16% se encuentra en desempleo, del cual las mujeres representan el 20.01% y los hombres el 12.8%.  Además, en un comunicado de prensa de Mintrabajo sobre la Asamblea Distrital de Juventudes que se realizó en Santa Marta el 26 de julio de 2016, se confirmó que, uno de cada dos desempleados en el país es joven.
En dicho evento se llegó a la conclusión que la problemática con el desempleo de los jóvenes no tenía que ver con las capacidades, conocimientos o aptitudes que ellos tuvieran para desempeñar un trabajo, sino por la falta de oportunidades laborales para ellos, que desconocen la manera de encontrar empleo, sin mencionar el tema de la educación, a la cual no muchos cuentan con la posibilidad de tener una formación completa y adecuada.

¿Qué hacer?
Son cuatro las partes que deben intervenir para que el empleo laboral en los jóvenes se generé y además sea óptimo: las universidades, con la formación y las oportunidades que brindan; las empresas, porque son quienes dan trabajo; el Estado, porque son quienes desarrollan las políticas públicas para garantizar las oportunidades laborales y por último, los mismos jóvenes, porque deben capacitarse y buscar las formas de participar en el mercado laboral.
  • Las universidades: espacios académicos que buscan brindar educación superior a las personas bachilleres. Otorgan títulos profesionales a los estudiantes que aprueben un programa determinado. La gran mayoría de programas están pensados en la necesidad del mercado laboral, pero también en la construcción de conocimiento que permita investigación y construcción científica útil para el país.
Las universidades deben trabajar de la mano con las empresas, para verificar cuáles son las necesidades reales por las que hay que responder. Así, Luis Hurtado, Section manager de Hays Colombia, nos pone el ejemplo con un área de tecnología, donde se necesita cierto tipo de certificaciones sobre manejo de software o hardware para la manipulación de los equipos, pues las empresas tienen que capacitarlos, cuando los egresados ya deberían contar con este tipo de certificaciones desde la universidad.
Así, lo que nos quiere decir, es que las empresas deberían no solo tener una plataforma de empleo para sus estudiantes, sino que además deberían establecer convenios con las empresas para que cuando ellos salgan se puedan mover más fácilmente. Por otro lado, como afirma Sandra Moya, ADR Selección y Calidad Regional Centro de Adecco Colombia, es muy importante una formación “de mano de obra calificada, ajustada a la necesidad del sector productivo, para que se forme a los estudiantes de acuerdo con el entorno laboral del momento y las nuevas tecnologías.”
  • Empresas: aquí hay que rescatar la palabra ‘temor’, porque esto es lo que tienen las empresas a la hora de contratar y esto se da por dos razones: una, contratar a personal con cero experiencia y dos, que las personas más jóvenes se aburren con facilidad porque buscan tener un equilibrio entre la vida personal y la profesional.
Juan Manuel Sánchez, psicólogo docente de la facultad de psicología de la Universidad El Bosque, nos habla de la necesidad de esta estrategia: “Las empresas deben modificar la conceptualización de las personas en términos laborales y personales, pues deben ser nichos de bienestar, calidad de vida y proyección”.
Moya considera que la empresas deben de proponer espacios de formación, en los cuales ellas mismas capaciten de acuerdo a las necesidades y expectativas que tienen, generándole valor al joven. Así mismo, la vocera de Adecco considera que “En la medida que llegue capital extranjero a trabajar en las ciudades, el país debe estar preparado y responder a las necesidades capacitando a la población productiva en las competencias técnicas requeridas”.
  • Estudiantes: los jóvenes deben comprender que para lograr cierta posición o reconocimiento deben estudiar, ‘sembrar para recolectar’, que si quieren conseguir un trabajo deben de esforzarse porque  la competencia es dura y entre más plus se tengan mejor.
Hurtado, por su parte recomienda dos cosas: la primera, que los jóvenes que estén buscando un trabajo aborden las áreas de recursos humanos de las compañías, pues si envían las hojas de vida directamente a estos departamentos tendrán una mayor probabilidad y segundo, que usen las plataformas tecnológicas como Linkedin, que permite mostrar el perfil profesional, sus intereses y sus capacidades, así como también conocer más acerca de la compañía a la que se quiere postular.
Por otro lado, pueden aprovechar la posibilidad de participar en una beca, ya sea nacional o internacional, para complementar su formación con especializaciones, posgrados o maestrías. Tenga en cuenta que las universidades incentivan con varios programas de este tipo.
Si en últimas estancias usted prefirió que lo suyo no fue encontrar un empleo fijo, analice su entorno, revise las oportunidades del mercado y evalúe cómo se ve en una de ellas, si encuentra alguna solución o alternativa, entonces usted podrá ser un emprendedor.
  • El Estado: está comprometido con la ciudadanía a garantizar oportunidades de inclusión de todo tipo, política, social y económica, por lo que incluye el tema de empleo juvenil. Así, ha promovido campañas de emprendimiento, formación y empleo para ellos.
  • Ley de primer empleo: también conocida como ley 1429 de 2010 que busca facilitar el acceso de empleo a los jóvenes egresados, para ello esta ley permite reconocer ciertos beneficios tributarios para aquellas empresas que den su primer empleo a egresadas que no tengan experiencia laboral.
  • Ley projoven: también conocida como la ley 1780 que busca ayudar a los jóvenes con la generación de empleo y de emprendimiento. Esta ley es una de la más actuales, ya que se sancionó en mayo de 2016 y tiene los beneficios de: que la libreta militar ya no se debe exigir para ingresar a un empleo, que las empresas jovenes que se inicien a partir de esta ley, quedaren exentas de pagar la matricula mercantíl y la de renovación por el primer año, la política que permite que los jovenes puedan realizar prácticas en las entidades públicas y que las empresas que contraten a personas entre 18 y 28 años no tienen que realizar aportes a Cajas de Compensación Familiar por ellos durante un año.