domingo, 22 de enero de 2017

Entrada al colegio, un reto alimenticio para padres e hijos

El primer día del colegio es un momento que queda marcado en los recuerdos de las familias.

Entrada al colegio, un reto alimenticio para padres e hijos
Entrada al colegio, un reto alimenticio para padres e hijos
El primer día del colegio de los hijos es un momento que queda marcado en los recuerdos de las familias, especialmente en la memoria de las madres, quienes saben que, desde ese instante, dejarán en manos de alguien más la supervisión constante de sus pequeños, al menos durante las horas que están fuera de casa.
Con la alegría de ese primer paso a la independencia en la infancia también vienen múltiples preocupaciones. Para los niños llegan retos nuevos y para los padres una serie de emociones contradictorias. Con el inicio de la etapa escolar surgen temores como el de que los hijos no se adapten al colegio, que no hagan amigos, que no sean buenos en el estudio o que tengan dificultades de aprendizaje, miedos comunes en esta etapa del desarrollo de cualquier persona.


Como parte de este proceso de crecimiento en el que los padres les brindan acompañamiento a sus hijos de una forma diferente, llega la oportunidad de mejorar la calidad del tiempo en familia. Según Annie de Acevedo, reconocida psicóloga en temas de crianza, los momentos de comer adquieren relevancia, pues allí se organiza la familia y se crean espacios para dialogar. No obstante, la comida no solamente está relacionada con lo que sucede alrededor de ésta, sino a la alimentación en sí. “Las emociones ocurren en el cerebro y los estados emocionales y mentales se pueden afectar por exceso o falta de los nutrientes adecuados”, dice la experta.

Por eso, es importante que los padres preparen comidas balanceadas y en horarios regulares, pues esto favorece todos los procesos que los niños enfrentan cuando están en etapa escolar, algo que ha comprendido Nestlé a través de sus 150 años de historia y una de las razones por las cuales alimentos como Klim contienen nutrientes ajustados a las necesidades de las diferentes etapas de la vida.
Cuando se trata de la edad escolar, entre los 4 y los 10 años de edad, Klim Fortigrow ofrece complementos como el hierro, que ayuda a que los niños estén más activos y concentrados; Zinc, Vitaminas A y C, que ayudan al normal funcionamiento de las defensas; y, en general, proteínas, calcio, Vitaminas A y D, que contribuyen a la adecuada formación de los huesos.
En el caso del desempeño en el colegio, una de las preocupaciones recurrentes de los padres es el desarrollo cognitivo de los niños. Éste se refiere a los procesos mentales que intervienen en el aprendizaje, la memoria, el razonamiento, la planificación, la toma de decisiones, la resolución de problemas y la comprensión del lenguaje y, por eso, es indispensable una buena nutrición en esta etapa. Para lograrla, los nutricionistas recomiendan, ante todo, no omitir el desayuno, pues más allá de las creencias populares de que se trata de la comida más importante del día, existe evidencia científica sobre sus beneficios en el organismo.
Un niño con hambre no puede mantener la atención durante las clases y la desnutrición también puede resultar en un grado mayor de problemas conductuales y habilidades sociales deficientes, según ha compartido el Phd Reynaldo Martorell, miembro directivo de diferentes organismos internacionales dedicados a la nutrición como la Fundación Internacional de la Nutrición y consejero para organizaciones como Unicef y la Organización Mundial de la Salud.
Por su parte, los académicos José Antonio Sánchez Hernández y Lluís Serra Majem, de la de la Universidad de las Palmas de Gran Canaria de España, revisaron más de doscientos artículos científicos desde 1978 referentes a la posible relación entre el consumo u omisión del desayuno y la función cognitiva y, basados en los datos encontrados, concluyeron que no desayunar puede empeorar el rendimiento escolar del niño.
“Omitir el desayuno o tomar un desayuno no saludable puede reflejar hábitos alimentarios incorrectos o condicionar el consumo de una dieta menos adecuada durante el día”, asegura su revisión de literatura académica, en la cual también encontraron que la omisión del desayuno provoca un estado fisiológico que afecta negativamente a la función cognitiva y al aprendizaje.
Los estudios también sugieren que los niños rinden mejor en ciertas pruebas cognitivas después de desayunar que tras el ayuno. Por eso, la alimentación que puedan recibir los hijos en sus casas puede brindar ese necesario acompañamiento para el resto del día y permitirles a los pequeños crecer con una buena nutrición.
Así, incluyendo alimentos como Klim Fortigrow dentro de la dieta de sus pequeños, los padres tienen la tranquilidad de que les están brindando nutrientes que los acompañan durante su etapa escolar.