viernes, 17 de marzo de 2017

Rectores de colegios dedicados a temas administrativos y no a la Educación

En los últimos 20 años diversos investigadores han mostrado que los rectores, a través de su trabajo de liderazgo escolar, incidían en la calidad de la educación de sus colegios y en los resultados de aprendizaje de los estudiantes.

En la introducción de su trabajo “Triangulación de la Eficacia de los Rectores”, Jason A. Grissom y Susanna Loeb señalan varios estudios que fueron publicados en las últimas tres décadas, los cuales encontraron vínculos entre el liderazgo de los rectores y los resultados positivos de la escuela, incluidos los logros estudiantiles.

Grissom y Loeb también destacaron cómo, desde la perspectivas de los padres, maestros y subdirectores, las habilidades directivas de los rectores se asociaban al manejo de la educación en variables como: el uso de datos para mejorar la educación, el desarrollo de un programa educativo coherente en toda la escuela, las observaciones de maestros en el aula, la realización de evaluaciones a maestros, currículos y programas, la retroalimentación de resultados con los maestros y su respectivo asesoramiento y, finalmente, la planificación del desarrollo profesional de los profesores. De igual forma, los autores destacaron otras funciones que cumplen los rectores como promover las relaciones internas con docentes, estudiantes y otros miembros de la comunidad educativa.
Adicionalmente, un estudio de la Unesco, publicado en 2014, sobre liderazgo escolar en América Latina y el Caribe, con base en ocho sistemas escolares de la región, incluyendo a Colombia, encontró que “los directores tienden a cubrir una gran multiplicidad de tareas, con un predominio de lo administrativo y una relativamente baja asignación a las actividades propias del liderazgo pedagógico, con excepción de Cuba”.
Ahora bien, en la educación en Colombia, en donde hay más de 10.000 rectores y directores de Instituciones escolares, éstos están dedicados a cumplir funciones administrativas, y no pedagógicas. El modelo de gestión que impone el MEN a las secretarías de educación y a los colegios se focaliza en actividades de planeación, seguimiento y ejecución presupuestal, mas no en los temas educativos.
En reuniones que he sostenido con rectores de Bolívar, Córdoba y Bogotá ellos informan que la gestión educativa no existe, pues sencillamente no tienen tiempo para ésta. Ellos están dedicados a contestar informes de todo tipo, siempre vinculados al seguimiento y evaluación de temas administrativos tales como: responder por el Plan Operativo Anual, el mapa de riesgos, el plan ambiental, el funcionamiento e idoneidad del sistema de matrícula, la validación del subsidio de transporte, la distribución y la validación de los refrigerios o de los comedores escolares y las auditorías de matrícula, entre otras; la lista es larga.

Los rectores se quejan porque en un día pueden llegar a recibir 3 o 4 comunicaciones que provienen de un directivo, un funcionario y un contratista de la Secretaría de Educación del departamento o municipio, solicitando información similar o igual. También lo hacen porque están obligados a contestar requerimientos, encuestas y a participar en diversos programas con estudiantes y maestros que no hacen parte de su Proyecto Educativo Institucional, PEI. En muchos casos esto no es otra cosa que entidades públicas cumpliendo metas de asistencia y divulgación con estudiantes y docentes.
Los rectores también se han visto obligados a aprender sobre derecho administrativo y derecho constitucional, pues para ellos aplican las mismas responsabilidades contractuales de cualquier entidad pública que elabora contratos. De igual manera ellos son ordenadores del gasto y deben contestar tutelas, derechos de petición y requerimientos de entidades como la Contraloría, la Procuraduría, la Personería, etc.
En Colombia los rectores como líderes de la institución escolar deben ser los garantes de la gestión académica, de los procesos de enseñanza y aprendizaje, del desarrollo curricular y de la calidad de la educación. Sin embargo, los rectores terminaron delegando estas funciones a los coordinadores, razón por la cual, se da el caso que las prioridades del rector van en contravía de las prioridades definida por el coordinador académico y los docentes.  
Como he insistido en otros artículos, en Colombia quienes administran la educación no tienen formación en educación o en pedagogía. Luego, la fortaleza de quienes dirigen el sector es planear, establecer metas, hacer seguimiento y evaluar. Aclaro, no desconozco que algunas de estas metas tienen que ver con temas educativos o curriculares, pero el contenido, desarrollo y calidad de los temas pedagógicos pasan a segundo plano.
A través del Programa Todos a Aprender se está realizando un proyecto de formación de rectores, por todo el país, en donde se insisten en la necesidad de ganar tiempo en la dirección de los colegios para los temas educativos, los rectores están dispuestos, pero se requiere apoyo y definir acciones de política educativa: tomar medidas como, por ejemplo, que el MEN coordine con las Secretarías de Educación reuniones de rectores, visitas y solicitudes de información sólo 4 o 6 semanas al año. las Secretarías de Educación, además de coordinar con el MEN puede definir una semana al mes, en la cual se interactúa con el rector y si es necesario con la Institución. Obligar a que todas las instituciones públicas coordinen las actividades en los colegios con las secretarías de educación.  
Por último, se requiere que funcionen los sistemas de información, modificar el modelo de gestión de los colegios, disminuir trámites y acciones administrativas y más educación y pedagogía, por acá también se conduce a la calidad de la educación.