sábado, 5 de agosto de 2017

Cómo la tecnología cambió la educación?

Como estudiante debes adaptarte a nuevas herramientas, mientras los profesores deben preocuparse por crear nuevas formas de enseñar. 

La manera de aprender y de enseñar dejó de ser lo que era gracias a la tecnología. Una cantidad inconmensurable de información se encuentra ahora en la nube y es muy importante que el profesor acompañe a sus estudiantes en la tarea de seleccionar, analizar y aprender tanto presencial como virtualmente.

Esta tensión del paso del papel a la pantalla invita a cambiar la mirada a una tecnología educativa que permita una aprendizaje muchísimo más eficaz y sensible a la diversidad de nuevos estudiantes.

Para Valerie Elisabeth Gauthier, directora del Departamento de Matemáticas Aplicadas y Ciencias de la Computación de la Universidad del Rosario, la era digital ha demostrado que un profesor que está en China le puede dar una clase a un estudiante en el Amazonas en tiempo real. Evidentemente para que se logre el aprendizaje las estrategias deben ser muy eficientes y acompañadas de un material didáctico.

“El hecho de que la tecnología anula las distancias geográficas y facilita, per se, el trabajo colaborativo. Ahora es posible trabajar en simultáneo con colegas en todos los continentes”, asegura.

Sin embargo, Gauthier dice que mal gestionada la tecnología podría terminar siendo un culto a la inmediatez. Dada la facilidad de acceder a la información, los procesos de análisis muchas veces se anulan y se aceptan respuestas con un centímetro de profundidad.

La tecnología es para aprender y enseñar

En cualquier tipo de aprendizaje actual, las Tecnologías de la Información y la Comunicación juegan un rol primordial para mejorar en todos los aspectos, bien sea para aprender o para enseñar. Así lo cree Gloria Herrera, directora de la División de Educación Virtual y a Distancia de la Universidad El Bosque.

Herrera afirma que las tecnologías en la educación brindan a ambas partes herramientas para que puedan existir varios puntos de vista sobre un tema, debate, juego y demás ayudas.

“La tecnología no tiene elementos negativos, ya que facilita una gran cantidad de información con diversidad de formatos. También facilita la educación en zonas donde antes no era posible acceder al aprendizaje. Lo que sí hay que tener en cuenta para mejorar es la brecha que existe en los docentes en sus competencias digitales para el uso adecuado de las mismas”, agrega.

¿Replantear el modelo actual?

En el último tiempo se ha abierto un debate en torno a cómo será el desarrollo de la educación en el mundo. La “invasión” digital logró modificar los lugares y las maneras en que se aprende, ¿se necesitan cambios en el modelo actual?, ¿es la cátedra un modelo igual de efectivo que antes?

Las académicas creen que es necesario un cambio. Según ellas, aprovechar las herramientas web bajo la guía y la supervisión de un maestro, es el camino más próximo en las aulas colombianas.

Para Herrera es necesario replantear el modelo pedagógico al que estamos acostumbrados, que es de manera presencial: “Un nuevo modelo da facilidad a los docentes en los procesos de enseñanza y crea otros escenarios para los estudiantes en su aprendizaje. Así que continuar con el modelo tradicional implica perder y desaprovechar las oportunidades que nos ofrece la tecnología”.

Gauthier también está de acuerdo con un modelo de educación que no considere a los estudiantes como “vasos para llenar” de conocimiento, sino que se puedan valer de las motivaciones vocacionales de los jóvenes y potenciarlas.

“Actualmente nos enfrentamos a una población de estudiantes bastante particular, la de nativos digitales, quienes llegan al colegio o a la universidad con una cantidad de información a la mano y están hambrientos de articular esos contenidos y de movilizarlos”, asevera.

En la actualidad hay muchos tipos de estrategias de enseñanza y aprendizaje que se acomodan a estos nuevos contextos.

Al tiempo que los estudiantes viven estos cambios, los maestros tienen la obligación de exige replantear sus prácticas y apostarle a otras maneras de acercarse a los estudiantes (b-learning, e-learning, etc.) en las que el estudiante es actor principal y protagónico de su propio aprendizaje.