viernes, 15 de diciembre de 2017

No deje que su hijo se vuelva sedentario

Un estudio evidencia que gran parte de los niños y jóvenes de Bogotá no practican deportes. 


Los colegios deben tener en su pénsum, y de manera transversal, la enseñanza de estilos de vida saludable.

Seis o siete kilos eran el exceso de peso de Felipe. Al principio no le preocupaba el tema porque estaba en primaria y no sentía mayor interés por su apariencia física, pero al entrar a la preadolescencia la situación cambió. “Tal vez comenzaron a molestarlo en el colegio o simplemente se dio cuenta de que estaba gordito. Accedió a dejar de comer tanto y empezó a hacer ejercicio”, cuenta su mamá.

Antes de eso, el ejercicio del niño se limitaba a dos horas semanales en el colegio. Después de hacer las tareas, dedicaba las tardes enteras a jugar X-Box, actividad que acompañaba con paquetes de papas fritas y gaseosas. “No podía comerse solamente un paquete, a veces no tenía medida”, explica la madre de este estudiante, que hoy cursa séptimo grado en un colegio privado de Bogotá.

La historia de Felipe refleja la de miles de niños del país que llevan una vida sedentaria que, combinada con una mala alimentación, es un caldo de cultivo perfecto para múltiples enfermedades.

“Solo 3 de cada 10 niños entre 9 y 17 años, en Bogotá, cumplen las recomendaciones de actividad física de la Organización Mundial de la Salud (OMS): 60 minutos diarios de ejercicio, entre moderado y vigoroso”, explica Jorge Correa-Bautista, director del Centro de Estudios en Medición de la Actividad Física (Cema) de la Escuela de Medicina de la Universidad del Rosario.

Y –añade el experto– tampoco cumplen con la recomendación de los tres días a la semana en los que deben hacer ejercicios de fuerza para mejorar la condición muscular y esquelética. 

El Cema cuenta con una línea base de estilos de vida de la población escolar de varias ciudades del país, entre ellas Bogotá, que muestra una tendencia de la baja condición física de los escolares. Por ejemplo, sabe que 6 de cada 10 alumnos de noveno grado de la capital tienen bajo nivel de condición cardiorrespiratoria, relación que se sube a siete en el caso de las mujeres. Y en cuanto al sobrepeso, dos de cada 10 estudiantes de este mismo grado presentan un peso superior al normal. Además, cuatro de cada 10 niños entre 9 y 17 años han consumido cigarrillos y alcohol en los últimos seis meses.

El estudio evaluó a 12.000 niños y adolescentes entre los 9 y los 17 años, pertenecientes a 24 colegios distritales. Uno de los temas que más llamó la atención de los investigadores fue la falta de fuerza de los estudiantes. “La baja fuerza en miembros superiores e inferiores significa que no están haciendo suficiente ejercicio, tenemos niños que no se mueven, y eso es un riesgo cardiometabólico. Esa es la razón por la cual vemos infartos en edades cada vez más tempranas”, explica el estudio del Rosario.

La investigación relacionó estos hallazgos con los casos de jóvenes con sobrepeso y obesidad, diabetes mellitus y cáncer; también con manifestaciones tempranas de trastornos cardiacos y metabólicos en los niños y otras enfermedades impropias para su edad. Pero esto tiene remedio.
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Karen Nuit Cifuentes, médica especialista en Medicina del Deporte de la Universidad del Rosario, dice que para seguir las recomendaciones de la OMS no hay que ir a un gimnasio.

“Lo importante es realizar actividades que sean divertidas para los niños y que se vea la actividad física como algo que les genera diversión”, dice la experta, quien entrega tres recomendaciones fundamentales:

Todos los días: (estilo de vida activo y saludable) saltar lazo, realizar carrera de costales, jugar al aire libre, utilizar escaleras en vez de ascensor, ir al colegio caminando o en bicicleta, montar en columpio y correr.

3 a 6 veces por semana: (actividades deportivas y recreativas) patinar, correr, saltar, nadar, jugar juegos tradicionales, practicar deportes varios (fútbol, baloncesto, tenis, voleibol).

2 a 3 veces por semana: (flexibilidad, fuerza) juegos de fuerza: montar a caballito, tirar de la cuerda, trepar; y de flexibilidad: artes marciales, yoga, pilates y gimnasia.
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Carolina Orjuela, coordinadora técnica del programa Ludonutrición de la Corporación Juego y Niñez, hace las siguientes recomendaciones: 

Los colegios deben tener en su pénsum, y de manera transversal, la enseñanza de estilos de vida saludable, lo cual incluye promover la actividad física y la alimentación sana.

Docentes sensibilizados: Los maestros son claves en esta labor.

Tiendas escolares consecuentes, donde se privilegie la alimentación sana.

Promover actividades físicas (no solo fútbol, baloncesto y voleibol) para los estudiantes en el tiempo libre o extracurricular.